domingo, 19 de enero de 2014

DRENAJE LINFÁTICO MANUAL

El drenaje linfático tiene como principal objetivo contribuir a que el organismo pueda protegerse mejor y a que elimine de una manera más efectiva los desechos que origina de forma natural.

Consiste en la activación manual,  mediante un masaje, de la circulación linfática por estimulación del automatismo de los vasos y ganglios linfáticos, mejorando así la evacuación del exceso de líquido intersticial.

La linfa es un líquido claro que se filtra desde el capilar arterial al espacio intersticial o intercelular. Contiene sustancias que no pueden ser transportadas por el sistema venoso como proteinas y grasas de gran tamaño, desechos metabólicos, glóbulos blancos, urea, fibrinógeno, sustancias extrañas y bacterias.

Por ello el drenaje linfático es un tipo de masaje, suave y ligero, que se aplica sobre el sistema circulatorio y cuyo objetivo es movilizar los líquidos del organismo para favorecer la eliminación de las sustancias de deshecho que se acumulan en el líquido que ocupa el espacio entre las células. De ahí que una de las principales aplicaciones del drenaje linfático sea en la retención de líquidos, aunque en la medicina estética también se utiliza en el tratamiento de la celulitis, los problemas de circulación, las piernas cansadas, los procesos de cicatrización, el acné, los edemas, etc.




Los beneficios del drenaje linfático en todos estos campos se debe a que:
  • Ayuda a reabsorber los líquidos.
  • Tiene una acción sedante sobre el dolor.
  • Reduce la inflamación.
  • Contribuye a mejorar las defensas del organismo.
  • Produce un efecto de relajación, por lo que se recomienda para situaciones de estrés.
 
El drenaje linfático es un buen tratamiento para la piel, ya que favorece la circulación de la sangre ayudando a que no se formen bolsas y arrugas. Normalmente, dependiendo del tipo de problema para el que se requiera el masaje, se pueden necesitar hasta diez sesiones de una duración de aproximadamente una hora para que los efectos sean perceptibles.

 
Otra de las aplicaciones más importantes del drenaje linfático se centra en los procesos postoperatorios de intervenciones de cirugía estética, ya que contribuye a acelerar la curación de los tejidos, evita que se produzcan edemas, reduce la inflamación y el dolor y aumenta la calidad de la cicatriz.
 
El drenaje linfático manual es un método terapéutico manual, su objetivo principal  es realizar de forma manual aquellos movimientos que el sistema linfático no puede realizar por sí mismo ya que carece de un sistema de bombeo. Se realiza un conjunto de maniobras que activan y mejoran la circulación linfática para favorecer la recanalización de los líquidos y sustancias retenidas en los tejidos hacia el torrente circulatorio para su eliminación.

El drenaje linfático puede realizarse en cuello, cara, abdomen, brazos, nuca, zona dorsal, zona lumbar, glúteos y piernas. Por lo que resulta muy útil en :
  • linfedema post cirugía
  • edema por trastornos circulatorios
  • tratamiento de sinusitis crónica o migrañas.
En medicina estética se usa fundamentalmente para:
  • Celulitis: el drenaje linfático manual es el tratamiento fundamental para toda celulitis, ya que nos permite tratar la base del problema que es la retención de líquidos y sustancias en la piel.
  • Edemas: por embarazo, por ciclos menstruales, post cirugía, post traumáticos, etc.
  • Piernas cansadas: causadas por una retención de líquidos en las mismas por causas laborales, nutricionales, genéticas, viajes en avión, etc.
  • Varices: la dilatación de los vasos aumenta la presión de la circulación venosa y empuja los líquidos hacia los tejidos, sobrecargando la circulación linfática y provocando una retención de líquidos importante. El DLM elimina el líquido retenido pero no las varices.




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